El ocelote está enlistado como Especie en peligro de Extinción (P) por la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 debido en su mayoría a factores antropogénicos como la caza ilegal, fragmentación de su hábitat y el comercio ilegal se sus pieles y otros productos que obtienen de esta especie.
Su distribución actual va desde el sur de Estados Unidos hasta el norte de Argentina. En México abarca de las planicies costeras del Pacífico y del Golfo de México a la Península de Yucatán, pero está ausente en la Península de Baja California y en el centro del país. Se desarrolla en una gran variedad de hábitats, que incluyen bosque espinoso y matorral xerófilo en el norte, y en el bosque mesófilo de montaña, selvas húmedas y secas en el resto de su distribución en el país. Principalmente se distribuye desde Sonora y Tamaulipas hasta el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, y de ahí hacia el este de Chiapas y la Península de Yucatán. Los hábitos de este carnívoro dificultan el avistamiento en tiempo y espacio con el hombre, de ahí la importancia de realizar monitoreos con técnicas no invasivas, como lo son el uso de las cámaras trampas.
El hecho de verlo en estas áreas del jardín botánico nos da a entender lo bien cuidado que se encuentra este hábitat, la capacidad de adaptación del ocelote a distintas condiciones y la comunicación del mismo con áreas de vegetación riparia, de vegetación submontana y de los bosques de encino y pino de la Sierra Madre Oriental, entre sus corredores ecológicos en el municipio de Linares, N.L., lo cual nos obliga aún más a la conservación de los mismos y la protección de especies en estatus de extinción.